¿Alguna vez has guardado los queridos restos de tu botella de whisky favorita para disfrutarlos en un día lluvioso? Quizás quieras beberlo antes de lo que crees. Este es el por qué.
El whisky es un licor de alta concentración que, en comparación con el vino, tiene una vida útil mucho más larga. De hecho, si no se abre y se almacena correctamente (más sobre esto en breve), durará indefinidamente. Porque una vez que esa expresión salga de la línea de embotellado, sellada y lista para su entrega, no se desarrollará más. Un whisky de 12, 15, 18 años, una vez fuera del roble, simplemente no seguirá madurando.
Sin embargo, lo que empezará a cambiar es el estado del whisky tan pronto como se abra la botella. Una vez que entra aire, comienzan a ocurrir reacciones de oxidación. Lo mismo ocurre con toda la comida y bebida. En el caso del whisky, la oxidación se manifiesta primero con un tono opaco. Entonces podría desarrollarse un olor o sabor metálico. Es un proceso gradual. Pero uno a tener en cuenta.
Una botella como ésta se describiría como “fuera de condiciones”. Es el defecto más común del whisky. Beberlo no te hará ningún daño, pero tu whisky no será tan complejo ni tan brillante como antes.
Y cuanto menos whisky haya en la botella, más oxígeno tendrá y más profundo será el proceso de oxidación.
¿Cuánto tiempo tengo para beber mi whisky abierto?
Lo que el whisky tiene a su favor es ese alto ABV. Es una de las razones por las que dura tanto una vez abierto. Y la buena noticia es que, a menos que tenga una muestra directa con la que compararla, pasarán al menos seis meses antes de que empiece a notar una diferencia. Muchos expertos sugieren hasta dos años y todo estará bien.
Obviamente, apéguese a volúmenes de consumo responsables. Pero si tienes una botella que lleva abierta entre 6 y 24 meses, sobre todo si no queda mucho, es hora de tomar un trago.
Entonces, ¿cómo debo guardar mi whisky?
Independientemente de que las botellas estén abiertas o no, es aconsejable guardarlas lo mejor posible para disfrutar al máximo de su whisky.
A diferencia del vino, el whisky debe mantenerse en posición vertical. El contacto constante con el corcho lo degradará. Pero tampoco dejes que se seque demasiado: así es como entra el oxígeno. Los expertos sugieren que girar la botella hacia arriba y hacia abajo un par de veces al año será suficiente.
Sin embargo, al igual que el vino, a las botellas de whisky les gusta conservarlas en un lugar fresco y oscuro. Demasiada humedad o fluctuaciones de temperatura también pueden ser problemáticas, tanto para el envase como para el líquido. ¿La feliz temperatura de un whisky? Alrededor del 15C.
Obviamente, no todos tenemos acceso a bodegas de whisky, pero esperamos que estos consejos le ayuden a mantener su colección de whisky en óptimas condiciones durante muchos años.